Sólo en casos muy específicos los médicos bajo supervisión y en cantidades muy pequeñas sugieren el uso del bicarbonato de sodio.
Esa sensación incómoda que produce dolor, ardor en el estómago y que comúnmente denominamos gastritis o reflujo gástrico, desde muy pequeños aprendimos que debíamos tomar un antiácido para eliminar ese dolor. Sí, nos acostumbramos a ello y actualmente, el producto por excelencia que se suele utilizar es el bicarbonato de sodio. Pero no nos han dicho toda la verdad y de manera casi ingenua se ha utilizado sin tener en cuenta sus efectos secundarios.
Cuando consumes algún alimento, el estómago para digerirlo, rompe el alimento con la ayuda de las enzimas y de los ácidos propios que debe tener un P.H. (potencial de hidrógeno), entre 1 y2 y así entregarlo al intestino delgado para que pueda ser asimilado por el organismo. El estómago te ayuda a eliminar agentes patógenos, asimilar las proteínas, los nutrientes y producir ácidos.
¿Qué ocurre cuando tomas bicarbonato de sodio para calmar la acidez?
Entonces, ¿Qué ocurre cuando tomas bicarbonato de sodio para calmar la acidez? En primer lugar, sientes confort porque al elevar la alcalinidad disminuye el ardor. Pero lo más preocupante es que vas deteriorando el funcionamiento correcto del estómago porque al ser más alcalino, no puede romper los alimentos de forma adecuada y a largo plazo aparecerán los efectos no deseados. Por ejemplo:
- Disminuye la asimilación de calcio
- Menos absorción de nutrientes y minerales
- Reflujo
- No asimilación correcta de las proteínas
- Aumento de la presión arterial
- Calambres
- Sentirte más cansado
Estos efectos secundarios van aumentando en la medida en que te habitúes al uso del bicarbonato, ya sea para reducir la acidez estomacal, la gastritis o para aumentar el P.H. de tu organismo.
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